“Si se humillare mi pueblo…”
El primer paso para ganar el favor de Dios es
humillarse delante de su presencia. El arrepentimiento es más que un simple
remordimiento pasajero, es un sentimiento de dolor por nuestros pecados, es una
actitud que reconoce nuestra enorme necesidad de Dios y la renuncia a nuestros
propios intereses. El arrepentimiento ha sido el mensaje central de Dios. Desde
que el hombre se revelo el Señor ha estado llamándolo al arrepentimiento con el
fin de salvarlo de salvarlo de la condenación
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre
es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré
su tierra”.
2 Crónicas 7:14
Domingo buscando la mayor necesidad de nuestras
vidas que es el Espíritu Santo.
Dios les bendiga
Sra. Liliana de Senseve